Por María Lozano
Todos los seres humanos tienen tendencias al mal, pero Santiago nos enseña que Dios nos dará más y más gracia para enfrentarlas.
Pasé mucho tiempo de mi vida cristiana tratando de cambiar mis intenciones y motivos equivocados. Todo el intento trajo mucha frustración. Tuve que humillarme y aprender que Dios da gracia al humilde, no al orgulloso.
Cada uno tiene un concepto propio acerca de lo que puede llegar a realizar, y a menudo pensamos mucho más de nosotros de lo que debiéramos. Tendríamos que mantener una actitud humilde, sabiendo que separados de Dios nada podemos hacer.
Si estás planeando tu propio camino, tratando de hacer que las cosas sucedan en tus fuerzas, te frustrarás. Probablemente llegarás a decir: “¡No importa lo que haga, nunca me sale bien!” Nada va a resultar hasta que aprendas a confiar en la gracia de Dios.
Descansa, Permite a Dios ser Dios. No seas tan exigente contigo. El cambio es un proceso, sucede poco a poco. Estás en el camino a la perfección, así que disfruta del viaje.
Si deseas ser libre, debes estar dispuesto a dejar de intentar en tus fuerzas, y comenzar a confiar; a dejar de hacer, y empezar a orar.
Muy bueno.
ResponderEliminarGracias