Tomado de: Ana María Álvarez- Escritora
Por María lozano
Hoy, ya grande,
sin permiso,
entré en el granero
vacío del abuelo.
Un aluvión de aromas
de esos tiempos,
me da la bienvenida.
Inmóvil en la entrada,
mis ojos se lanzan
a recorrer el establo
detrás de una cortina
de lágrimas dormidas.
Busco la plumorosa bataraza
entre los nidos,
los huevos empollados,
algún pollito perdido,
el chinchudo gallo rojo
con su gran pecho henchido.
Los conejos y los patos
en un rincón dormecidos,
entre bolsas de alimento,
entre pajas escondidos...
Y me animo...
Me adelanto...
Doy seis pasos...
Y suspiro.
Dios mío ¿dónde se han ido?
Y se despiertan mis lágrimas,
llora por dentro mi niño...
Pero...el recuerdo perdura.
Mi infancia venció al olvido
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