Tomado de: El Poder De Orar
Por María Lozano
Mi corazón no tiene que temer, pues el Eterno no me ha dado espíritu de miedo ni de cobardía, sino de dominio propio. Pueda que algunas vez me encuentre atribulado mas no angustiado; en apuros, mas no desesperado; perseguido, mas no desamparado; derribado, pero no destruido, porque mi Padre me sostiene y nunca me ha dejado. (2 Cor. 4:8-9). No caeré porque la diestra del Señor me sostiene.. No me hundiré porque la Gracia, la Cobertura y la Mano del Eterno me libran de mis enemigos. Su presencia y protección cubre mi entrada y mi salida. Claman los justos, y Jehová oye, y los libra de todas sus angustias. Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu. Bendeciré a Jehová en todo tiempo; su alabanza estará de continuo en mi boca” ¡Amén! (Sal. 34).
Por lo tanto no desistas porque con Cristo eres victorioso ante cualquier situación. Amén
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