Tomado de: Nuestro Pan Diario
Por María Lozano
Despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia ( Hebreos 12: 1-5)El 10 de agosto de 1628 fue una fecha oscura para la historia naval. Ese día, la corbeta real Vasa zarpó en su viaje inaugural. Después de dos años de construcción, lujosamente adornado y con 64 cañones, el orgullo de la flota naval sueca se hundió a un kilómetro y medio de la costa. ¿ Qué falló? La carga era demasiado pesada como para que pudiera navegar . El exceso de peso llevó al Vasa al fondo del mar..
La vida cristiana también puede hundirse por exceso de equipaje. Hebreos señala: “despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús. El autor y consumador de la fe” (Hebreos 12: 1-2).
Como el barco lujosamente decorado, podemos impresionar exteriormente a los demás, pero si el pecado nos agobia en lo interior, nuestra perseverancia puede verse afectada. No obstante, hay un remedio: al descansar en la guía de Dios y el poder del Espíritu Santo, nuestra carga puede aliviarse y la perseverancia fortalecerse.
El perdón y la gracia están siempre a disposición del
peregrino espiritual.
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