Atravesando las pruebas..

 Tomado de: El Poder de Orar

Por María Lozano

En medio de las pruebas y dificultades que enfrentamos en la vida, es fácil sentir miedo y preocupación. La escasez y la necesidad pueden abrumarnos, y podemos sentirnos abandonados y solos. Sin embargo, en esos momentos, es importante recordar que Dios siempre es nuestro proveedor fiel. Él conoce nuestras necesidades más profundas y está dispuesto a suplirlas de manera abundante.
La vida está llena de desafíos imprevistos y situaciones difíciles que pueden hacer que nos sintamos desamparados. Pero incluso en medio de esas circunstancias adversas, podemos encontrar consuelo y esperanza en la certeza de que Dios es nuestro proveedor. En las Sagradas Escrituras, se nos promete una y otra vez que Dios cuidará de nosotros y suplirá todas nuestras necesidades..
No importa cuán grande o pequeña sea nuestra necesidad, Dios siempre está dispuesto a intervenir. Su amor y su gracia no conocen límites. Él tiene el poder de abrir puertas inimaginables y proveer de formas que ni siquiera podemos imaginar. En esos momentos de escasez, es cuando podemos ver su mano obrando de manera milagrosa.
Sin embargo, es importante recordar que la provisión de Dios no siempre se manifiesta de la manera que esperamos. A veces, puede venir en forma de oportunidades inesperadas, conexiones con personas clave o incluso a través de nuestra propia creatividad y esfuerzo. Dios nos provee de las herramientas y los recursos necesarios para superar las dificultades, pero también nos llama a ser agentes activos en la búsqueda de soluciones.
Cuando confiamos en Dios como nuestro proveedor, no necesitamos vivir en ansiedad constante por nuestras necesidades. Podemos descansar en su amor y cuidado, sabiendo que Él tiene el control y nos guiará a través de cada dificultad. La escasez no define nuestro destino, sino que es una oportunidad para crecer en nuestra fe y experimentar la fidelidad de Dios en formas nuevas y sorprendentes.
En resumen, cuando enfrentemos necesidades y escasez en nuestra vida, recordemos que Dios siempre es nuestro proveedor. Él suplirá todas nuestras necesidades primordiales y no desamparará a los justos. Aunque las circunstancias puedan parecer desalentadoras, mantengamos la fe y confiemos en que Dios tiene un plan para nuestras vidas. Su provisión llegará en el momento perfecto y de la manera más sorprendente. Confíemos en su amor inagotable y permitamos que nos guíe en cada paso del camino.

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