El mayor mensaje que podamos dar

Tomado de: Una Fe Sencilla (Charles R. Swindoll)
Por María Lozano

Es tiempo de mirar el otro lado de las cosas. En todo este libro, me he estado refiriendo al más grande de los mensajes de Jesús. ¿Sabe usted cuál es el mayor mensaje que podemos dar nosotros? Es el mensaje de un carácter como el de Cristo. No hay nada en la tierra que se necesite más o que tenga más poder....

Caos

Tomado de: Dios está con usted cada día. (Max Lucado)
Por María Lozano

Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes. (1: Pedro 5: 7).

Imagine esta escena. Es tiempo de desayunar y la familia está en caos. Las hijas se están quejando de su hermano que se tomó demasiado tiempo en el baño.
Como resultado no se han cepillado el cabello y no se han aplicado maquillaje.
Mamá está haciendo lo mejor que puede por mantener el conflicto, pero despertó con un dolor de cabeza y una larga lista de cosas que hacer. El reloj está avanzando como una bomba de tiempo, cada vez más cerca de ese momento cuando, ¡ka-bun!. Es tiempo de irse. Papá se para en la entrada de la cocina y estudia el pandemónium. Sopesa sus opiniones:
Ordenarles a todos que se estén quietos y se comporten adecuadamente.
. Regañar a su hijo por dominar el baño a sus hijas por planificar mal y a su esposa por no tomar el control.
. Escurrirse antes de que alguien lo vea. O podría recurrir a Dios con una sencilla oración: Padre, tu eres buena. Necesito ayuda. Reduce la locura en mi casa, por favor. ¿Puede la oración, cambiarlo todo? Podría. O quizá se requiera otra oración, o dos  o diez.
Pero por lo menos el problema estará en las manos del que lo puede resolver.

Calificar a los llamados

Tomado de: Dios está con usted cada día.(Max Lucado)
Por María Lozano

Y ahora, que el Dios de paz- quien levantó de entre los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran Pastor de las ovejas, y que ratificó un pacto eterno con su sangre – los capacite con todo lo que necesiten para hacer su voluntad. (Hebreos 13: 20-21).

Dios no llama al calificado. Califica al llamado.
No permita que Satanás lo convenza de lo contrario. Él lo va a intentar. Le va a decir que Dios tiene requisitos de inteligencia o una cuota de entrada. Que emplea solamente a especialistas y a expertos a gobiernos y personalidades de alta energía. Cuando Satanás le susurre tales mentiras, despídalo con esta verdad: Dios irrumpió como una estampida en la sociedad del primer siglo con caballos de lomos hundidos no con caballo pura sangre.
Eran obreros, y sus manos estaban encalladas, y no hay evidencia de que Jesús los escogiera porque eran más listos o más sofisticados que el tipo de al lado. Lo único que los caracterizaba era la disposición de dar un paso cuando Jesús dijo: “Sígueme”.
¿Es usted más una laucha hinchable que un crucero? ¿Más un suplente que una estrella de cine? ¿ Más un plomero que un ejecutivo? ¿Más de vaqueros azules de sangre azul? Felicidades.
Dios cambia el mundo con tipos como usted.

Deje de hablar y escuche

Tomado de: Devocional 365 días (Max Lucado)
Por María Lozano
Oh, si me hubiera oído mi pueblo (Salmo: 81:13)
Cuando estamos sufriendo algunas veces encontramos sanidad al hablar de ello; con un amigo, un consejero, Dios.
Pero finalmente, llega el tiempo de dejar de hablar y escuchar.
Hay momentos en los cuales el silencio representa el más alto respeto. La palabra para tales momentos es reverencia.
Esta fue la lección que aprendió Job, el hombre de la Biblia más tocado por la tragedia y el desaliento. No que alguien pudiera culparlo. La calamidad se había abalanzado sobre el hombre como una leona sobre una manada de gacelas, y para el tiempo en que el destrozo terminó, apenas quedó un muro de pie o un ser querido vivo. Su esposa le dijo: “Maldice a Dios y muérete” (Job 2: 9). Sus cuatro amigos vinieron con la versión nocturna de sargentos de prácticas, diciéndole que Dios es justo, y que el dolor es el resultado del mal, y tan seguro como que dos más dos es igual a cuatro. Job de seguro tuvo  un historial criminal en su pasado para haber sufrido así.
Cada uno tenía su interpretación de Dios y quién es Él y por qué había hecho lo que había hecho. Ellos no fueron los únicos que hablaron de Dios. Cuando sus  acusadores hicieron una pausa, Job pasa seis capítulos dando su opinión sobre Dios.
Estamos a treinta y siete capítulos de haber iniciado el libro antes de que Dios se aclare la garganta para hablar. El capítulo 38 comienza con estas palabras: “Entonces respondió Jehová a Job”.
Cuando el Señor hable es sabio dejar de hablar y escuchar.

Quién es usted

Tomado de: Devocional 365 día (Max Lucado)
Por María Lozano

Hace que todas las cosas resulten de acuerdo con su plan. (Efesios 1:11) NTV,



¿Cuál es el texto de nuestra vida?

La pregunta no es nueva. Los gurús de la autoayuda, los conductores de los programas de entrevistas y los encabezados de las revistas lo instan a encontrar sus maravillas. Pero lo envían en la dirección equivocada. “Busque dentro de usted mismo”, dicen.
Pero la promesa del autodescubrimiento le queda corta. ¿Puede encontrar al argumento de un libro en un párrafo o escuchar el fluir de una sinfonía en un compás? Para nada. Usted es mucho más que unos días entre el vientre y la tumba.
Su historia mora en la de Dios. Esta es la 
gran promesa de la Biblia y la esperanza de este libro. “En Cristo, Dios nos había escogido de antemano para que tuviéramos parte en su herencia de acuerdo con el propósito de Dios mismo, que todo lo hace según la determinación de su voluntad. Y él ha querido que nosotros seamos los primeros en poner nuestra esperanza en Cristo, para que todos alabemos su glorioso poder” (Efesios 1: 11-12).
Arriba y alrededor de nosotros Dios dirige una epopeya mayor, escrita por su mano orquestada por su voluntad, develada según su calendario. Y usted es parte de ella. Su vida emerge de la mente más grande y del corazón más benigno en la historia del universo:
La mente y el corazón de Dios.

Un Dios que guarda el pacto

Tomado de: Devocional 365 días (Max Lucado)
Por María Lozano

Las palabras de Dios son todas puras; Dios es el escudo de quienes en él confían. (Proverbios 30:5)

Vivimos en un mundo de palabras que se caen. Promesas rotas. Votos vacíos. Juramentos que se hacen solamente para retractarse de ellos. Se dan seguridades que son ignoradas.
Fueron habladas con gran fanfarria. “Siempre te amaré”. “Cuente con nosotros para reconocer el buen trabajo”. “Hasta que la muerte nos separe”. Pero las palabras tienden a tropezar. Son como hojas de otoño en el invierno de noviembre. Usted ha escuchado bastantes.
Pero nunca las escuchará por parte de Dios. En un mundo de palabras caídas, las suyas permanecen. En una vida de promesas rotas, él cumple las suyas. Dios mío, tu siempre cumples tus promesas son más valiosas que plata refinada. (Salmo 12:6).
Dios es un Dios que guarda el pacto.

Dale la bienvenida a Dios

Tomadao de: Devocional 365 (Max Lucado)
por María Lozano

Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré y cenaré con él. Y él conmigo. (Apocalipsis 3:20).
Cuando invitamos a Dios a nuestro mundo. Él entra, Él trae una multitud de obsequios gozo, paciencia. Las ansiedades vienen, pero no se quedan. Los temores salen a la superficie y luego se van. Los remordimientos caen en el parabrisas, pero entonces viene el limpiaparabrisas de la oración. El diablo me entrega piedras de culpa, pero yo volteo y se las entrego a Cristo. Estoy terminando mi sexta década sin embargo, estoy lleno de energía. Estoy más feliz, más saludable, y más esperanzado que nunca. Las luchas vienen por supuesto. Pero también Dios. La oración no es un privilegio de los devotos, ni el arte de algunos escogidos. La oración es simplemente una conversación sentida entre Dios y su hijo. Mi amigo, Él quiere hablar con usted. Incluso ahora mientras lee estas palabras. Él llama a la puerta.
Ábrala. Dele la bienvenida. Que comience la conversación.

La protección de Dios

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