por María Lozano
La verdad tropezó en la plaza.
Isaías 59:14
¡Ay de lo que a lo malo dicen bueno, y
a lo bueno malo; que hacen de la luz ti-
nieblas y de las tinieblas luz…
Isaías 5:20
A lo largo del proceso que lo condujo a su condenación, Jesús dijo a Pilato, quien lo interrogaba: “Para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz”. Entonces Pilato le preguntó: ¿Qué es la verdad? (Juan 18: 37-38). Y luego salió sin esperar la respuesta.
Han pasado cerca de dos mil años y los hombres siguen haciéndose preguntas respecto a este tema. “La verdad no existe”, responden algunos. “Pretender conocerla es un orgullo que puede conducir a la intolerancia”, dicen otros. Entonces, ¿dónde hallar la verdad? ¡En Dios; él es “el Dios verdadero”! (Jeremías 10:10). Su palabra es la verdad (Juan 17:179. Jesús mismo dijo: “Yo soy…la verdad “. Dios quiere que “Todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” (1 Timoteo 2:4).
Sin embargo muchos la rechazan. Y negar la verdad es juicio de Dios sobre los que no hayan creído en la verdad (2 Tesalonicenses 2:10-12). ¡Qué terrible sentencia, y ésta sólo es el preludio a su condenación eterna!
Si usted posee la Biblia , tiene la verdad divina al alcance de su mano. ¡Léala! En ella encontrará a Jesús, expresión perfecta y viva de la verdad. En él hallará, no la verdad que condena, sino “La gracia y la verdad” unidas para salvar (Juan 1:17).
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