Por María Lozano
Las cosas invisibles de él, su eterno poder
y deidad, se hacen claramente visibles desde
la creación del mundo, siendo entendidas por
medio de las cosas hechas.
Romanos 1:20
(Jesús dice:) No queréis venir a mí
Juan 5:40
La conversación del peluquero parecía interesar mucho al
cliente. Entonces empezó a
hablar de cosas más
serias. Dijo:
-Cuando pienso en todos los crímenes, violaciones, atentados
y guerras que se multiplican, me digo: No hay Dios, porque si lo hubiera, no
ocurriría todo eso.
Los esfuerzos no sirvieron para nada, pues el tema tampoco
sacó al cliente de su aparente indiferencia. Apenas salió de la peluquería, el
cliente encontró en la calle a un hombre de pelo largo y barba desordenada. En
seguida regresó y dijo al peluquero:
-Los peluqueros no existen…
-¿Cómo? ¿Entonces yo que soy?
-Si los peluqueros existiesen, en este mundo no habría
hombres mal afeitados y con pelo largo como este hombre que está pasando.
-Claro que los peluqueros existen, pero algunos los ignoran.
-Lo mismo ocurre con algunos que dan la espalda a Dios y no
quieren creer en él. ¿Será usted uno de ellos?
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