...La cárcel de las necesidades espirituales

Tomado de: Jesús Lo Es Todo (Salmo 23: lb)
Por María Lozano







¿Te sientes mejor cuando tienes más y peor cuando tienes menos? ¿Siempre estás queriendo algo más grande, más bonito, más rápido, más nuevo? ¿Depende tu gozo de una compra que vas a hacer, un ascenso que te van a dar, o una renovación que vas a realizar? ¿Te da la felicidad lo que depositas, conduces, bebes o donde vives? Si es así, estás viviendo en “la cárcel de las necesidades”.

Pero hay buenas noticias: Tienes una visita, ¡alguien que te puede sacar de ella! Cuando David dijo: “El Señor es mi Pastor, nada me faltará” (Salmo 23:1), encontró placer duradero y el descontento desapareció. Entendió que lo que tenemos en Dios es mayor que cualquier cosa que no tengamos en esta vida. Se dio cuenta de dos cosas:

(1) ¡Lo que tienes, no es tuyo! Cuando murió John D. Rockefeller, alguien preguntó: ¿Cuánto dejó? Su contador respondió:”Todo”.

(2) Tú no eres lo que tienes. Jesús dijo: “la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee” (Lucas 12:15b).

Cuando Dios te mira, ve tu devoción y tu fe, no tu imagen ni posesiones. A Doug McKnight le diagnosticaron esclerosis múltiple a la edad de treinta y dos años. Esta enfermedad le habría de costar en los siguientes dieciséis años la carrera, la movilidad, y finalmente la vida. Pero nunca perdió su actitud de agradecimiento. Cuando sus amigos de la iglesia le pidieron que hiciera una lista de motivos de oración, les respondió enviándoles dieciocho bendiciones por las que estar agradecido y seis preocupaciones por las que orar. Sus bendiciones eran tres veces más grandes que sus necesidades. Doug se dio cuenta que lo que tenía en el Señor era mucho mayor que cualquier cosa que no tenía en esta vida. ¿Y tú?

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