Tomado de:Tu momento con Dios cada día"
Por María Lozano
Fui a la clínica del Señor Jesús para hacerme un chequeo de rutina. Yo me sentía bien, pero para mi sorpresa, me diagnosticó algunos problemas de salud espiritual.
Por María Lozano
Fui a la clínica del Señor Jesús para hacerme un chequeo de rutina. Yo me sentía bien, pero para mi sorpresa, me diagnosticó algunos problemas de salud espiritual.
Cuando Jesús me tomó la
presión, vio que estaba bajo de ternura.
Al tomarme la temperatura, el
termómetro registró 40º de ansiedad.
Me hizo un electrocardiograma y me dijo que necesitaría hacerme un by pass de amor, porque mis arterias estaban bloqueadas de soledad y no abastecían mi corazón vacío.
Pasó a revisarme las piernas
y los brazos, ya que no podía caminar al lado de mi hermano y tampoco podía dar
un abrazo fraternal porque me había hecho daño al tropezar con la envidia.
También me encontró miopía
porque no podía ver más allá de las cosas negativas de mi prójimo.
Cuando le dije que no podía
oír bien, Jesús me diagnosticó que el problema era que había dejado de escuchar su voz cada día.
Por todo esto, Jesús me dio
las siguientes instrucciones.
Al levantarme, en ayunas,
beber un vaso de agradecimiento…
Antes de llegar al trabajo,
tomar una cucharada de paciencia…
Cada hora, ingerir un
comprimido de paciencia y unas gotas de
mansedumbre…
Al llegar a casa, inyectarme
una dosis de amor…
Y antes de acostarme, tomar
dos cápsulas de arrepentimiento para limpiar mí conciencia…
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