Recompensa

Tomado de: Ministerio VCN
Por María Lozano


Dios no es deudor de nadie, Dios es un Dios de recompensa, Él no desampara a sus hijos, Él da recompensa y esta es abundante. Dios promete abundancia para todos sus hijos, de bien, de paz, de amor, de misericordia, y también de bienes materiales, etc...
La abundancia no es para que acumules sino para que des, cuando más das, más vas a tener, tienes tesoro para ti y para Dios. Es abundancia en todo y muchas veces parece que nunca llega y esto crea incertidumbre, insatisfacción, pero debemos pensar en sus promesas para no dejarnos dominar por eso.
El Salmo 66:10-12 dice “Porque tú nos probaste, oh Dios; Nos ensayaste como se afina la plata. Nos metiste en la red; Pusiste sobre nuestros lomos pesada carga. Hiciste cabalgar hombres sobre nuestra cabeza; Pasamos por el fuego y por el agua”
Analizamos algunas palabras que habla acá.
Probaste: esta tiene que ver, en el original, con probar metales, investigar, escudriñar.
Ensayaste: Sus otros significados en el hebreo, fundir metal, refinar, limpiar, purificar
Pesada carga: Presión, aflicción
O sea en este proceso de Dios, nos prueba como a metales, o podemos decir que escudriña nuestras vidas, nuestros corazones para refinarnos, limpiarnos, purificarnos y esto es bajo presión, bajo aflicción. ¿Te gusta, te agrada?
Si este pasaje hubiese terminado aquí, estaríamos totalmente deprimidos, tirando la toalla y no queriendo saber absolutamente nada. ¿A quien le gusta que hombres pisoteen la cabeza?, a nadie, y esto también tiene que ver que podemos ser pisoteados en nuestro pensamiento, en nuestro razonamiento en medio de las circunsatancias.
O acaso es “genial” pasar por el fuego y por el agua, según lo miramos desde una perspectiva humana, no, por supuesto que no. Además dice pasamos, no dice que nos quedamos allí. No te quemaste en el fuego ni te ahogaste en la inundación
Pero sucede que cuando pones tu mira en las cosas erróneas nunca eres satisfecho, es necesario que Dios trabaje con nuestras vidas para que seamos dignos portadores de esa abundancia, de paz, de amor, de misericordia, de bienes materiales, etc.
Ahora Dios trabaja así, somos algo tan precioso para Él que quiere sacar de nuestras vidas lo peor para que salga a la luz lo mejor.
Dios no te deja sino que quiere abundancia para tu vida, la última parte del v. 12 del salmo 66 dice “Y nos sacaste a abundancia.” Uff, ¡qué bueno que a Dios se le ocurrió esto!
La palabra abundancia en hebreo significa también “satisfacción, rebosar” y viene de otra palabra que significa, “saciar de sed, embriagar, empapar, satisfacer”
Eso es lo que tiene Dios para sus hijos, después de esos momentos que parecen imposibles de superar, Él obra de una manera extraordinaria.
Nunca Dios te dejará a mitad de camino, Isaías dice, Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti (Isa. 43:2)
Somos probados como la plata y el oro en el crisol. El oro mediante métodos físico-químicos se separa el metal de las impurezas de donde fue extraído y por medio al fuego se elimina la escoria que pueda tener, es decir el fuego separa la escoria del oro, obteniéndose el metal limpio y puro.
Dios siempre cumple sus promesas, cuando le creemos y actuamos en fe. Todo lo que necesitamos es activar una promesa de Dios para que todo cambie en nuestras vidas.
El Salmo 68:9 dice “Abundante lluvia esparciste, oh Dios; A tu heredad exhausta tú la reanimaste.”
Aquí la palabra abundancia es otra y significa “de gracia, regalo espontáneo”
Eso es lo que tiene Dios para tu vida y para mi vida, algo espontáneo viene, su gracia, su favor son derramaos sobre los que pasaron ese tiempo. Abre tu corazón y tu mente, recibe lo que El Padre tiene en el nombre de Jesús. ¡Hay recompensa!
Bendigo tu vida!!!




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