Por María Lozano
Lectura: Josué 2:1-14
Rahab tenía una fe extraordinaria. Aunque parecía imposible que el ejército de Josué, que no tenía pertrechos, derribase o escalase los muros de Jericó, ella se acordó de lo que Dios había hecho por los israelitas en el pasado. Por eso depositó su confianza en el Dios de Israel protegiendo a los espías y arriesgando su futuro en la esperanza de que Dios iba a hacer lo que parecía imposible. Su confianza en Dios incluía el pasado, el presente y el futuro....
He tenido la oportunidad de ministrar a creyentes que sufren y que están en el lecho de muerte los cuales han manejado su dolor con serenidad y enfrentado la muerte con esperanza. Algunos pueden considerar a dichas personas ingenuas o bobas, pero es porque ellos no conocen los tres tiempos de la confianza.
Con respecto al pasado, sabemos que Dios ha demostrado Su amor y Su poder, especialmente al dar a Su Hijo para que muriese por nuestra salvación (Romanos 5:8) y resucitarlo (Romanos 1:4). En el presente, Dios nos habla por medio de Su Palabra (Heb.1:1-4), escucha nuestras oraciones (Mateo 7:7-11), y nos da gracia en medio de las pruebas (2 Cor.1:3-4). Para el futuro, Dios promete que viviremos con Él para siempre (1 Tes.4:17).
Recuerda, la confianza implica tres tiempos: Reflexiona en la fidelidad de Dios en el pasado, y en el presente. Tendrás una buena razón para confiar en Él para el futuro. ¡Que Dios tan maravilloso!
¿Te sientes tenso respecto a tu futuro? Recuerda que Dios está siempre presente.
Dios ha sido siempre fiel contigo, no lo olvides la próxima vez que pasen por tu cabeza pensamientos incorrectos.
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