Por María Lozano
Cuando experimentamos la gracia, no recibimos un lindo cumplido de parte de Dios, sino un nuevo corazón. Si le da su corazón a Cristo Él le devuelve el favor: “Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros” (Ezequiel 36: 26; vea también Juan 14: 20; Romanos 8: 10; Gálatas 2: 20).
Usted podría llamarlo un trasplante de corazón espiritual.
Para Storch entiende este milagro tanto como uno podría hacerlo. En la primavera de 2010, un accidente de esquí tomó la vida de su hija de trece años, Taylor. Lo que siguió fue la peor pesadilla de cualquier padre: un funeral, un entierro, una inundación de preguntas y lágrimas. Tara y su marido, Toda, decidieron donar los órganos de su hija a los pacientes que los necesitaran. Pocas personas necesitaban más un corazón que Patricia Winters. Su corazón había comenzado a fallar cinco años antes, dejándola demasiado débil como para hacer algo más que dormir. El corazón de Taylor le dio a Patricia un nuevo comienzo en la vida.
Tara solamente tenía una petición: quería escuchar el corazón de su hija. Ella y Todd colaron a Dallas a Phoenix y fueron a casa de Patricia a escuchar el corazón de Taylor.
Las dos madres se abrazaron durante un largo tiempo. Entonces Patricia les ofreció a Tara y a Todd un estetoscopio:
Cuando escucharon el saludable ritmo, ¿El corazón de quién escucharon? ¿ No escucharon el corazón todavía latiendo de su hija?
Y Cuando Dios escucha su corazón, ¿No escucha el corazón de su hijo todavía latiendo
No hay comentarios:
Publicar un comentario