Por María Lozano
Una de las muchas razones por las que la oración se ve como un último recurso cuando nos enfrentamos a desafíos, es que tenemos una percepción equivocada de Dios. A veces pensamos en forma equivocada que Dios sólo tiene un interés distante en nuestras vidas. Sin embargo, la realidad es que Dios está íntimamente interesado en su vida; ¡Él le creó para Su placer, y quiere trabajar en usted y a través de usted! La oración se define simplemente como comunicación con Dios. Piense en una de sus amistades íntimas. Lo más seguro es que persona está a su lado cuándo más lo necesita, pero usted habla con esa persona todo el tiempo.
¿No es cierto?.
Ustedes comparten sus vidas. ¿Verdad? Bueno, Dios quiere ser su mejor amigo. Puede decirle todo y cualquier cosa, puede reír con Él, puede hablar de su día con Él, puede ser honesto con Él, puede expresar los deseos de su corazón con Él. ¡La conclusión es que Él quiere escucharlo todo! Dios desea que usted tenga una comunicación íntima y personal con Él.
¡Aquí estoy! Me paro frente a la puerta y toco. Si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré y comeré con él, y él conmigo! ( Apocalipsis 3: 20)....
Jesús está llamando a la puerta de nuestros corazones deseando tiempo íntimo de comunión. Simplemente, el abrir esa puerta a la dulce petición de comunión de Jesús, es el comienzo de una vida de oración exitosa, efectiva y gratificante.
Llena de bendiciones de Dios.
Dios es la verdadera fuente de refugio en la vida, Él simplemente quiere oír de usted.
Confía en él todo el tiempo, oh pueblo; Derramen sus corazones a él, porque Dios es nuestro refugio. ( Salmo 62: 8).
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