Tomado de: Reflexión Bíblica
Por María Lozano
Señor,
gracias por ser ese amigo mío que nunca falla y ayúdame a ser también el amigo
en quien todos puedan confiar. Hazme semejante a Ti, para que sea amable y
compasivo, para que pueda pensar más en los demás y menos en mí misma. Enséñame
cómo llevar cautivo todo pensamiento orgulloso o negativo que se opone al
conocimiento de tu verdad.
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