Tomado de: 52 Semanas con Jesús
Por María Lozano
Una de las cualidades más atractivas de Jesús fue la forma en que fue proactivamente tras marginados y forasteros. Él fue un hombre del pueblo, no solo de los privilegiados. Fue un maestro para las masas, no un rabino para los ricos. Jesús buscó los que la sociedad evitaba, de quienes se burlaba y a los que ridiculizaba. Estuvo dispuesto a ayudar a cualquiera en cualquier momento, aunque ni siquiera se dieran cuenta de que lo necesitaban. Los encuentros más notorios de Jesús revelan su papel como un servidor de los indefensos y la esperanza de los desconsolados, cambiando al mismo tiempo la forma en que vemos a los demás y a nosotros mismos.
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