Tomado de: Momentos de quietud con Dios
Por María Lozano
La palabra talento por lo general evoca imágenes de grandes músicos, actores y artistas. Sin embargo, cuando pensamos en el talento en este sentido limitado, creemos que no lo tenemos si no poseemos capacidades en ninguna de esas áreas. La verdad es que los talentos vienen de tantas formas y tamaños como las personas, y Dios nos ha dado talentos a cada una de nosotras.
¿Cuáles son algunos de los talentos “no tan obvios”? La compasión es uno de ellos. ¿Sientes simpatía por alguien que está en una situación de dolor? ¡Entonces has recibido un talento! Usa ese sentimiento para escribir una carta de ánimo a alguien que conozcas y que esté pasando necesidad. ¿Te gustaría planear sorpresas para personas que, a no ser por ello, se sentirían olvidadas o desplazadas? ¡Entonces tienes un don! No entierres ese talento, al contrario, úsalo para llevarle gozo a otra persona.Quizá tengas el don de ver algo bueno en cada persona. Todos los cristianos deben cultivar ese don. Afirma lo bueno que hay en alguien, y luego haz correr la “buena noticia”. Por lo regular se necesita a otra persona para que vea y saque lo mejor que hay en la gente. ¡Puede que ni veas un talento en una persona y que ella ni siquiera se haya dado cuenta de que lo tiene!
¿Tienes un espíritu apacible en medio de la calamidad? ¿Puedes pensar con claridad cuando estás rodeada de confusión? .
Entonces tienes un don, y tu talento se necesita mucho. Ese fue un talento que Jesús demostró cuando dormía en una barca en medio de una tormenta, cuando no perdía de vista su propósito al enfrentarse a la airada multitud, y cuando enfrentó su sentencia de muerte en la cruz.
¿Tienes un vaso de agua fresca que ofrecer a otra persona?
Entonces tienes un don. Úsalo en el nombre de Jesús y para la gloria de Dios.
Ahora vuelve a pensar. ¿Qué talentos tienes?
El talento es algo que Dios te da; La experiencia es algo que tú mismo te das.
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