Justicia poética

 Tomado de: Nuestro pan Diario

Por María lozano


Señor Dios, Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos (Apocalipsis 16: 7) 

Un grupo de adolescentes alborotadores pintó “obscenidades en las paredes de ladrillos de una escuela secundaria local. La policía los acusó de destrucción maliciosa a la propiedad. El juez los sentenció a un período de libertad condicional y sin encarcelamiento, pero solo si quitaban todo rastro de pintura de las paredes, incluso de las ranuras entre los ladrillos. ¡Les llevó varios días!
Otro juez les dio a unos vándalos la oportunidad de aprender un nuevo oficio: ¡Reparar las paredes de una casa que habían saqueado!
¡Admiro a jueces como esos que imponen castigos apropiados, según el tipo de delitos!
Nuestro Señor tiene un sentido poético de la justicia, una forma de cerciorarse de que al culpable se la pague de manera acorde con lo que hizo; a veces, como menos se espera. Piensa en Amán, que fue colgado de la misma horca que había preparado para Mardoqueo
(Ester 7: 7-10). En el futuro, como nos dice Apocalipsis 16:6, los que “derramaron la sangre de los santos y de los profetas” tendrán que “beber sangre; pues lo merecen”. En estos ejemplos, los culpables son castigados de una manera que corresponde a sus delitos.
En Apocalipsis 16: 7, leemos: “Señor Dios Todopoderoso , tus juicios son verdaderos y justos”. Podemos alegrarnos de que no son solo poéticos, ¡Sino justos!
El juicio divino quizá no sea inmediato, pero es inevitable.

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