Tomado de: Lámpara es a mis pies tu palabra
Por María Lozano
Gálatas 2:20Con Cristo estoy juntamente crucificado, y vivo, no ya yo, mas vive Cristo en mí: y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó, y se entregó á sí mismo por mí.
Reflexión:
Cuando le damos nuestro corazón a Cristo, nuestro viejo ser muere.
El viejo ser es “crucificado” y reemplazado con Cristo.
“Nacemos de nuevo” como Cristo.
A partir de ese punto, no somos nosotros quienes vivimos en este cuerpo, sino Cristo.
La rectitud que poseemos es Su rectitud.
Porque él se entregó por nosotros, Él ha tomado lugar dentro de nosotros. Todo lo que somos, todo lo que hacemos es Cristo.
Bendiciones
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