Tomado de: Reflexión Bíblica
Por María Lozano
No debemos desaprovechar la ocasión para transmitirles los aprendizajes que hemos tenido junto al Señor, para que las generaciones jóvenes puedan internalizar desde este momento la importancia del Padre Celestial en sus vidas.
Un pequeño ejemplo, reflejo de nuestro pensamiento y de una decisión consecuente, contribuirá al crecimiento de los corazones de los más pequeños.
De esta manera el Señor habrá concluído su tarea con sus hijos e hijas en la Fe: trasladar su palabra y su enseñanza a las futuras generaciones será parte de la extensión del Espíritu Santo en cada uno de los corazones del mundo.
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