Tomado de: Historias de vida
Por María Lozano
Reflexión grande: El verdadero amor no huye del caosNos enseñaron mal: nos dijeron que el amor perfecto era aquel sin discusiones, sin heridas, sin lágrimas. Pero la vida —sabia y dura— nos enseña lo contrario.
El verdadero amor no es el que evita las tormentas, sino el que se sienta contigo bajo la lluvia.
No es el que nunca te hace llorar, sino el que te seca las lágrimas con las manos temblorosas pero firmes.
No es el que huye cuando alzas la voz, sino el que entiende que, a veces, el enojo es solo una forma de pedir consuelo..No es quien está solo en los días fáciles, sino quien se queda cuando tus muros caen, cuando tus palabras duelen, cuando tú mismo ya no sabes cómo sostenerte.
El amor real no se trata de tener razón, ni de ganar batallas.
Se trata de quedarse, aunque se acabe el mundo.
De mirar al otro en su fragilidad y decir:
"Aquí estoy. No me voy. Aunque no tengas fuerzas, yo me quedo."
Porque el alma no necesita perfección,
necesita presencia.




No hay comentarios:
Publicar un comentario