Reconstrucción

 Tomado de: Alfonso De Caro

Por María Lozano

Una voz que clama: En el desierto, preparad el camino para el Señor; enderezad en la soledad una calzada para nuestro Dios. Todo valle será elevado, toda montaña y colina será bajada; el terreno accidentado se nivelará, lo escarpado se convertirá en llanura.
Isaías 40:3-4.
Este pasaje define el ministerio de Juan el Bautista, precursor de nuestro Señor. Declaró que, cuando viniera el Mesías, su ministerio no solo sería de reconciliación, sino también de reconstrucción. Declaró que habría una calzada, construida en el corazón, por la que Dios transitaría. El proceso de construcción constaría de cuatro pasos: Todo valle se elevará, toda montaña y colina se rebajará; el terreno accidentado se nivelará, lo escarpado se volverá llano. Los ingenieros de construcción saben que así es exactamente como se construyen las carreteras incluso hoy en día.
En este hermoso lenguaje simbólico, el profeta dice que esto es lo que Dios emprende al entrar en nuestras vidas. Cuando recibimos su perdón, el siguiente paso es que él comienza a cambiarnos, a reconstruir nuestras vidas. Todo valle será levantado. En los momentos bajos de la vida, en los momentos de desaliento, en los momentos en que te sientes aplastado y derrotado, habrá consuelo y aliento del Señor. Además, toda montaña y colina serán rebajadas. Todos esos lugares donde se manifiesta nuestro ego —nuestras jactancias orgullosas, nuestro afán de poder— deben ser derribados. Nos encontramos humillados de muchas maneras. Entonces, los lugares escarpados se vuelven llanos. En los evangelios leemos que Zaqueo devolvió cuatro veces todo el dinero que había robado a la gente. Nuestra perversidad será corregida. No robaremos más; declararemos nuestros ingresos correctamente.
Ah, pero es más que eso, como vemos en los versículos 6-8. También es una palabra de consuelo. ¿Qué es el hombre? Todas las personas son como la hierba, y toda su fidelidad es como las flores del campo. Todas las grandes cosas de las que nos jactamos se marchitarán y desaparecerán. Todo el conocimiento y el poder del hombre serán en vano. La hierba se seca y las flores se caen, porque el aliento del Señor sopla sobre ellas... pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre. ¡Qué consuelo debería ser eso para nosotros! Nuestra fuerza natural nunca logrará lo que deseamos; la ayuda humana nos fallará. Pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre..POR FAVOR ORA CONMIGO
Señor mío y Dios mío, veo que estás obrando en mi vida, elevando valles, bajando montañas y puliendo lo escarpado. Concédeme permanecer flexible en tus manos mientras me moldeas en la persona que quieres que sea. En tu nombre Jesús. Amén.
Aplicación de vida
La elección para la aventura de la vida es mi camino o el camino de Dios. Ya sea valle, montaña, terreno accidentado, etc., ¿dejamos con gratitud la reconstrucción al Ingeniero Jefe?
Te bendigo en nombre de nuestro Señor Jesucristo. Un fuerte abrazo.

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