Por María Lozano
Ninguno de ellos podrá en manera alguna
redimir al hermano, ni dar a Dios su rescate.
Salmo 49:7
En ningún otro hay salvación; porque no
hay otro nombre (aparte del de Jesús)…en
que podamos ser salvos.
Hechos 4:12
Cristo es un salvador perfecto. Salva completamente a los
que se acercan a Dios por medio de él (Hebreos7:25).
Alguien que diga que uno se gana la salvación mediante
acciones u obras, quita el valor de la obra de la cruz y la despoja de sus
virtudes. Si la salvación dependiese de lo que somos o de lo que hacemos,
estaríamos inevitablemente perdidos. La paz que el Evangelio nos da no descansa en parte en la obra de
Cristo y en parte en la obra del hombre, sino total y únicamente en la obra de
Cristo.
Muchas personas son como aquel intérprete de la ley que
preguntó un día a Jesús; “¿Haciendo que cosa heredaré la vida eterna?” (Lucas
10:25). El hombre, incluso si reconoce que está perdido, quiere participar en
su salvación y no deberla totalmente a otra persona, pero ahí está su error.
Será salvo única y exclusivamente por el sacrificio de
Cristo.
No, así podemos agradecer a Dios de que nos haya amado tal
como éramos y que enviase a su Hijo a “buscar y a salvar lo que se había
perdido” (Lucas 19:10).
Amigos lectores, Dios no exige nada de ustedes. Lo único que
pide es que se arrepientan y acepten simplemente el perdón de sus pecados
mediante la fe en Jesucristo: “En ningún otro hay salvación”.
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