Por María Lozano
¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba
la tierra? Házmelo saber, si tienes inte-
ligencia. (Job 38:4)
¿Quién subió al cielo, y descendió?
¿Quién encerró los vientos en sus
puños? ¿Quién ató las aguas en un paño?
¿Quién afirmó todos los términos de la
tierra? ¿Cuál es su nombre, y el nombre de
su hijo, si sabes?
Proverbios 30:4
Por todas partes percibimos las marcas evidentes de un poder
y de una inteligencia superiores que idearon y formaron todo con un objetivo
específico.¿Diremos que es casualidad? La nada sólo podría producir el
desorden.
En el cielo vemos masas luminosas que se hallan a distancias
vertiginosas. ¿Quién las hizo y las sostiene en su trayectoria invariable? Esos
astros están sometidos a unas leyes concretas que el hombre ha descubierto, de
manera que a cada momento puede establecer la posición de un planeta, y asignar
el tiempo preciso del regreso de tal o cual fenómeno. ¿Quién estableció esas
leyes? ¿Quién produjo la luz que emana de todos los cuerpos que brillan en el
cielo?¿Fue el azar o una pura coincidencia? ¿Todo eso se produjo solo?
¿Tomaríamos en serio a alguien que nos dijese que un auto se fabricó por sí
solo, sin los cálculos y los planos de un ingeniero, sin los obreros que, según
los planos y las instrucciones, dieron forma al acero, laminaron las chapas,
fabricaron las diferentes piezas y realizaron el ensamble?
¡Cómo pueden pretender algunos que la maravillosa
composición del Universo no tiene un Autor inteligente que formó, calculó,
colocó y puso todo en movimiento según unas leyes inmutables!
¡Que Dios nos haga ver con claridad, todas estas cosas!
No hay comentarios:
Publicar un comentario