Por María Lozano
“Encomienda al Señor tu camino, y confía en él; y él actuará” Salmo 37:5
Hoy quiero compartir una meditación que tocó mi corazón al leer un devocional de Oswald Chambers. Yo estaba iniciando mis primeros pasos para planificar mi día, cuando al leer este devocional tuve que reflexionar.
Chambers dice que este verso nos impulsa a tomar la determinación de no planificar sin Dios, porque Dios parece tener una manera deliciosa de perturbar nuestros planes cuando los hemos hecho sin contar con él. Nos metemos en conflictos que Dios no escogió, y de repente nos damos cuenta de que tomamos nuestra decisiones sin él. Qué ni siquiera le tuvimos en cuenta como factor vital en la planificación de nuestras vidas.
Nuestros planes nos parecen mejores y no nos atrevemos a consultar ante la presencia de Dios. Hoy quiero planificar pero tomando a cuenta al Señor. Se que soy dado a consultar con Dios las cosas espirituales pero a veces he creído que en las cosas prácticas y seculares de la vida, eso no tiene sentido, pero si tiene gran sentido porque Dios no es solo mi vida espiritual, sino también mi vida física y emocional.
Cuando pongo mis planes ante la presencia de Dios estoy asegurando una buena trayectoria, porque Dios no permitirá que yo tome un camino que al final me hará daño. El salmista lo expresó con gran sabiduría cuando dijo: Encomienda al Señor tu camino, pon tu camino delante del Señor y confía en él y él hará.
Dios es creador de todo y en él puedo confiar y estar seguro. La confianza puesta en Dios siempre me llevará a puerto seguro porque aún cuando las tempestades se levanten, Dios estará conmigo y me llevará a su puerto y allí me rodeará de su gloria. Hoy, tengo mucho por hacer, pero si eso no es planificado ante el Señor todo traerá tristeza y dolor. Mas cuando todo está en el altar de Dios, traerá sus risas y sus cantos.
Hoy quiero tener un día planificado ante el Señor.
Señor, mi vida en tus manos está segura. Mis planes y proyectos no son seguros, pero los tuyos si. Hoy llego ante ti con esa confianza y seguridad de saber que eres mi Dios, mi Padre y mi dueño. Como Dios quieres guiarme por la vida con salvación, como Padre quieres tomarme en este día con tu bendición y como dueño quieres conducirme con tu sabia dirección.
Hoy, humildemente llego a tu presencia para pedirte que me sostengas con tu diestra y que no me dejes planificar nada que antes no haya puesto ante ti. La vida contigo tiene sentido, la vida sin ti pierde importancia y hoy quiero que mi vida y mis quehaceres tengan sentido. Amén.
Dr. Serafín Contreras Galeano.
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