Los Cristianos y Nuestras Verdaderas Convicciones

Tomado de: Jesús Lo Es Todo
Por María Lozano



“SOBRE TODAS LAS COSAS CUIDA TU CORAZÓN.” 
(Proverbios 4:23 NVI)

La Biblia dice: “Sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque éste determina el rumbo de tu vida” (Proverbios 4:23 NVI). Debido a la posición que tienes en la vida, tal vez la gente se fije en ti, pero lo único que va a hacer otros que te respeten y que te sigan es la integridad. Te presentarás como persona íntegra cuando todos se den cuenta de que tus dioses no son el progreso, la recompensa financiera ni el reconocimiento, cuando vean que tus valores son más altos, porque que no estás dispuesto a comprometerlos en aras del dinero o de la popularidad. La integridad resulta en influencia. Podrás dirigir a otros sin integridad, pero no podrás influirlos sin ella. Hablar de una manera y vivir de otra te perjudicará. Y dependiendo del momento y de las circunstancias, es posible que no puedas recuperarte de ese daño. A lo mejor piensas: ‘Lo que hago en mi vida privada no le importa a nadie, es sólo asunto mío.’ ¡Pues te equivocas!

Cuando la gente ve la discrepancia entre lo que demandas de otros y lo que te demandas a ti mismo, el respeto por ti se irá menoscabando. Quizás te sientas seguro gracias a tu posición, pero tu influencia sobre otros seguirá siendo algo muy frágil. Antes o después, una decisión, una palabra o una acción inapropiadas podrían destruir lo que has tardado años en levantar. ¿Por qué es importante recordar estas cosas? Porque el camino más rápido entre donde te encuentras hoy y donde vas a estar mañana, tal vez no sea el camino de la honradez. Dirigir a otros y ser al mismo tiempo la clase de persona que quieres ser no es algo fácil, y a veces chocan esas dos cosas. Sin embargo, es en esos momentos críticos cuando aprendes algo fundamental de ti mismo: comprobar cuáles son tus verdaderas convicciones.

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