Por María Lozano
Él es mi refugio y mi baluarte, mi fortaleza y mi libertador, mi escudo en que me amparo, él humilla los pueblos a mis pies.
Salmos 144:2
Señor, guíame hacia una vida de seguridad y buenaventura. Todos mis temores y preocupaciones desaparecen cuando tomo refugio bajo tus alas. Corro a Ti Señor porque tú eres mi protector divino que me defiende en cualquier situación. Tú eres mi refugio y pronto auxilio en tiempos de peligro y problemas.
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