Por María Lozano
A 50 personas que estaban asistiendo a un seminario, se les pidió que entraran en una sala llena de globos. Lo que no sabían era la sorpresa que les esperaba.
En mitad del seminario, a estas personas se les propuso realizar una actividad en grupo. Las instrucciones eran muy sencillas. Se les dio un globo a cada uno y se les pidió que escribieran su nombre en él con ayuda de un marcador. Los globos fueron recogidos e introducidos en una habitación llena de globos.
Lo único que tenían que hacer era entrar en esa sala llena de globos y cada uno tenía que recuperar su globo, a más tardar en 5 minutos. Al cabo de unos minutos, todos seguían buscando frenéticamente su nombre y no paraban de chocarse y empujarse entre ellos. Había un caos total.
Cuando se agotó el tiempo nadie había podido recuperar el globo con su nombre. La decepción de los asistentes se dejaba notar, algo había salido mal....
Luego se les indicó que tomaran un globo al azar y cuando encontraran uno con nombre, se lo dieran a la persona que lo estaba buscando. En un par de minutos todo el mundo había recuperado su globo, gracias al trabajo en equipo.
Al finalizar el ejercicio el orador indicó lo siguiente: "Lo que ha pasado aquí es exactamente lo que está pasando en nuestras vidas. Todos andan preocupados en sus propios asuntos, tratando de conseguir lo que quieren uds. mismos, sin preocuparse por la gente que tienen alrededor".
Cuando nosotros hacemos algo por los demás, de forma desinteresada, conseguimos 10 veces más resultados que si todo lo hacemos por nosotros mismos. Cuanto más das, más recibes.
Dar es el secreto de la felicidad. Todos tenemos algo que dar, y lo más valioso a veces, es lo que no se puede comprar: amor, una sonrisa, comprensión. ¡Sólo disfruta de este viaje que no sabes cuando termina!
Servir, a los demás, al prójimo, al próximo...
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