Por María Lozano
Cualquier persona que haya visto a un ser querido experimentar un dolor debilitante sabe que es una de las circunstancias más difíciles de sobrellevar: De la desesperación muchas personas harán lo que sea por ayudar a un ser querido. La escritura bíblica nos cuenta la historia de un padre que llevó a su hijo a Jesús para que fuera sanado. Él estaba desesperado.
Cuando los discípulos de Jesús no podía sanarlo, el padre fue a Jesús en busca de la ayuda que Él podría proveer. La interacción que resultó entre Jesús y el padre mostró una lucha con la cual muchas personas se pueden identificar cuando enfrentan una crisis de fe.
Una crisis de fe es aquel momento en el cual una persona debe decidir si creer o no que Dios es quien dice que es, y hará lo que ha dicho que hará en medio de circunstancias desafiantes. Una crisis de Fe coloca a los cristianos en la posición de aceptar o rechazar la identidad de Dios como ha sido revelada en Su Palabra. La Fe también coloca a los cristianos en la posición para decidir si aceptar o rechazar su propia identidad en Cristo...
Los cristianos que están en medio de una crisis de Fe a menudo se encuentran preguntando: “¿Tengo suficiente Fe? ¿Es esto mis castigo por una mala decisión que tomé?” (Salmo 34: 19 dice: “ Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas lo librará Jehová)” .Sin duda los creyentes tendrán malas experiencias; sin embargo, Dios siempre los capacitará para persistir en medio de ellas
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