Por María Lozano
Te invito a ver un paisaje,
sólo tú con tu sentido,
disfruta de esas montañas
y de ese valle perdido.
Ahora da un paso más
e imagina un largo río
que baja por la ladera
escapándole al frío.
Te invito a profundizar...
a saltar sobre el paisaje.
Acércate a la cabaña,
que el césped sea tu carruaje.
Acaricia la madera
vivenciando su textura,
y atrapa el Sol que en la misma
penetra por las ranuras.
Intuye la brisa helada
que llega de las montañas...
ve cómo abraza la nieve
desde lejos la mañana.
¿Hueles el aire enviciado
de silencio compartido?
Recuéstate en el paisaje ...
¿Cuánto más lo has conocido?
ANA MARÍA ÁLVAREZ
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