Por María Lozano
" Tres veces le he pedido a Dios que me quite este sufrimiento, pero Dios me ha contestado: «Mi amor es todo lo que necesitas. Mi poder se muestra en la debilidad.» Por eso, prefiero sentirme orgulloso de mi debilidad, para que el poder de Cristo se muestre en mí. Me alegro de ser débil, de ser insultado y perseguido, y de tener necesidades y dificultades por ser fiel a Cristo. Pues lo que me hace fuerte es reconocer que soy débil." 2 Corintios 12:8-10
El apóstol Pablo escribió con toda sinceridad la lucha con su carne, tal vez se sentía tan desesperado como nos sentimos nosotros cuando nos encontramos en medio de una situación difícil de enfrentar y estamos tan cargados por las cosas que nos acontecen que por un momento olvidamos quién es el centro de nuestras vidas.
El apóstol Pablo entendió que su fuerza no venía de él sino del Eterno, por ello pudo gozarse en medio de cualquier situación que haya estado pasando, porque sabía que la tribulación era momentánea...
Recuerda que cuando eres débil, entonces eres fuerte, porque mayor es el que está en ti que el que está en el mundo.
Por lo tanto , al igual que a Pablo, Dios te dice en este momento “…Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad…”.
Sólo su amor y su gracia te llevarán a escalar nuevos peldaños de victoria.
Hoy te animo a rendirte delante del Señor y no frente a tus problemas, tal vez el dolor que estás sintiendo es incomparable y nadie más lo entiende, pero créeme que el Señor sí, Él quiere llevar esa carga por ti.
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