Tomado de: Reflexión Bíblica
Por María Lozano
“Que nadie, al ser tentado, diga: Es Dios quien me tienta. Porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni tampoco tienta Él a nadie.” Santiago 1:13La sociedad nos hace creer que la felicidad está en la cantidad de cosas que tenemos, pero esto sólo genera sentimientos de frustración, ansiedad y angustia..
A veces, nuestros anhelos pueden alejarnos de nuestras emociones y pensamientos. Por eso, es importante concentrarse en el Padre Celestial y permitirle que guíe nuestro camino. Al hacerlo, sentiremos su paz y bendiciones en nuestro interior.
Es importante que comprendamos que nuestra verdadera riqueza es ser hijos de Dios y caminar junto a Él hacia la Salvación. Las posesiones materiales pueden ser una parte de nuestra vida, pero no deben ser la prioridad. Si nos obsesionamos con ellas, corremos el riesgo de perder el eje de lo esencial y generar conductas nocivas que alteran nuestro entorno y nuestra relación con Dios.
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