Tomado de: Ana María Álvarez -Escritora
Por María Lozano
La casa de mis padresse destaca entre todas,
pues tiene la riqueza
de escoltar un valor.
Es como una gran caja,
una gran caja fuerte,
protegiendo recuerdos
que el ayer los sembró.
Cuando entro, la saludo...
presiento que me escucha,
porque ella me conoce
como la conozco yo...
y comienza la magia
que brota en los rincones
colmados de recuerdos
que aún cosecho hoy.
La veo a mi viejita
haciendo la comida
y un rico olor a tuco
me arranca un lagrimón.
Veo al viejo sentado
con el mate en la mano
y mi pecho se carga
de increíble emoción..
Cargando ese nudo
que cierra mi garganta,
me escapo para el patio
y caigo en regresión!!!!!
Y allí, me veo bailando
con mi padre en los quince,
y más tarde en mi boda
pues " su prince" soy yo.
Y ahí pego la vuelta!!!
Por hoy, ya fue bastante...
¡La casa no se vende!
Doy palabra de honor.
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