Tomado de: Hostilio Macias
Por María Lozano
Juventud, divino tesoro,¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro
y a veces lloro sin querer
Plural ha sido la celeste
historia de mi corazón.
Era una dulce niña,
en este mundo de duelo y de aflicción..Miraba como el alba pura;
sonreía como una flor.
Era su cabellera obscura
hecha de noche y de dolor.
En vano busqué a la princesa
que estaba triste de esperar.
La vida es dura. Amarga y pesa.
¡Ya no hay princesa que cantar!
Canción de otoño en primavera.
Rubén Darío
Nicaragua
No hay comentarios:
Publicar un comentario