Tomado de: Alfonso De Caro
Por María Lozano
Pero esto disgustó mucho a Jonás, y lo hizo enfurecerse.(Jonás 4:1) Furia, rabia, enojo, resentimiento, descontentamiento... Estos son sinónimos para designar el estado de insatisfacción desmedida o la ira humana. Casi siempre esos sentimientos nos asaltan en ocasiones inesperadas de nuestro día a día y lo más importante es tener cuidado con nuestras reacciones. Es natural y hasta razonable que nos indignemos con las injusticias de la vida, pero tenemos que dejar que la retribución y el castigo vengan de parte de Dios. Descargar la ira de forma descontrolada, ofender o tomar la justicia por nuestras manos no agrada al Señor. La Biblia nos orienta a airarnos sin pecar. Muchas veces, como Jonás, tenemos una indignación desproporcionada o injusta y permanecemos airados debido a nuestro orgullo herido, lo que no está bien. Dios le preguntó a Jonás (Jonás 4:4) y también nos pregunta hoy: ¿es razonable tu ira? ¿Tienes razón de enfurecerte? Cuando te irrites, no peques








No hay comentarios:
Publicar un comentario