Prioridad a las prioridades

 Tomado de: Alfonso De Caro

Por María Lozano

Por lo tanto, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.
(Mateo 6:33) Vivimos en un mundo lleno de distracciones, donde las exigencias diarias pueden fácilmente desviar nuestra atención de lo que es realmente importante. El versículo de Mateo 6:33 nos recuerda la importancia de tener claras las prioridades en nuestra vida. Al buscar primero el reino de Dios y su justicia, colocamos nuestra vida en la perspectiva de Dios. La vida nos enfrenta a elecciones constantes, desde las más simples hasta las más significativas. Es crucial discernir entre lo esencial y lo superfluo. Al priorizar, tenemos el desafío de examinar nuestras acciones, motivaciones y decisiones a la luz de la voluntad de Dios. Cuando dirigimos nuestros esfuerzos hacia el reino de Dios, experimentamos una transformación interior que impacta todos los ámbitos de nuestra vida. Esta búsqueda no es solo un acto aislado, sino un compromiso continuo para alinear nuestra vida con los valores del cielo. Siguiendo este principio, las preocupaciones terrenales encuentran su lugar y la confianza en la providencia de Dios reemplaza nuestra ansiedad. La promesa de que “todas estas cosas les serán añadidas” nos asegura que a medida que le damos prioridad a Dios, él se encarga de los detalles de nuestra vida. Evaluemos diariamente nuestras prioridades a la luz de la Palabra de Dios.. Busquemos su voluntad en todas las áreas para gozar de la paz que proviene al poner el reino de Dios en primer lugar. Pon a Dios en primer lugar Dedica tiempo diariamente a reflexionar sobre tus prioridades. Evalúa tus acciones y decisiones, alineándolas con la voluntad de Dios. Prioriza el reino de Dios en todos los ámbitos de tu vida. Al tomar decisiones, pregúntate cómo cada elección refleja los valores del reino. Confía en Dios. Al darle prioridad a él, liberas la ansiedad excesiva por las preocupaciones materiales. Por favor ora conmigo Señor mío y Dios mío, guíame en cada paso. Dame sabiduría en las decisiones, compasión en las interacciones y fuerza en los desafíos. Que tu luz ilumine mi camino, inspirándome a vivir con amor, bondad y fe. En tu nombre Jesús, amén. Te bendigo en nombre de nuestro Señor Jesucristo. Un fuerte abrazo.

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