Por María Lozano
Jesús es quien pone la fe en ti, pero también la perfecciona. Cuando aprendes a poner fijamente la mirada en Jesús, te vuelves como él. Jesús, para vencer la vergonzosa prueba de la cruz, tuvo que poner la mirada en algo más allá: puso su mirada en la promesa y el gozo que recibiría luego de haber completado la tarea. Para que nuestra fe y confianza aumenten, debemos hacer lo que Jesús hizo: mirar más allá de la prueba.
Jesús puso su mirada en el gozo que le esperaba. Nosotros tenemos que poner nuestra mirada no solo en el gozo que viene luego de la prueba, sino en todas las promesas que el Eterno nos ha hecho a través de su Palabra....
El Eterno hará y cumplirá todo lo que dijo que iba a hacer contigo. Refúgiate en su Palabra, en todas sus promesas; porque tener la certeza de que Él cumplirá todo lo que dijo aumenta nuestra confianza en él. El Eterno hará el milagro contigo. Pues Él no es hombre para mentir. Vamos, levántate del suelo y proclama que el Señor tiene control de tu vida, y que te llevará a lugares de reposo.
No hagas caso al diablo. Satanás siempre dirá que eres un perdedor. Pero el Señor siempre dirá de ti que eres un ganador. Agarra esta palabra y no la sueltes: eres un ganador, no un perdedor porque la victoria es en Cristo
Confia en el Eterno, y dile a tu corazón que confie en Él. La confianza en el Señor aleja las situaciones depresivas. No mires los problemas, mira las soluciones que el Señor pone delante de ti. Si no las puedes ver, pídele al Espíritu Santo que te las muestre, porque están ahí, delante de ti. Ministra a tu alma...."Porqué te abates alma mía " y declarale a ella que confias plenamente en quien tiene el poder para obrar a tu favor Cristo Jesus.
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