Por María Lozano
No le atraen los bríos del caballo, ni un hombre por sus músculos le agrada; se complace el Señor en los que le temen, en los que esperan en su amor.
Salmo 147:10-11
Señor, prepárame para enfrentarme a todos los obstáculos. La senda que desciende es el camino a las alturas. Dame fuerza de la Fe para luchar contra principados; contra los gobernantes de las tinieblas de este mundo; y contra las maldades espirituales en lugares celestiales. Permíteme entrar a la tierra prometida para experimentar Tus abundantes riquezas espirituales. Dame valor para confrontar mis temores.
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