Por María Lozano
El gozo es liberado a través de la incredulidad, pero siempre está presente cuando hay fe.
Creer es mucho más simple que no creer. Si no le cremos a Dios, su Palabra y sus promesas, entonces nos queda la labor de razonar y tratar de resolver los asuntos por nosotros mismos.
El autor de Hebreros 4:3 señaló que “los que hemos creído entramos en el reposo “ de Dios. En Hebreos 4:10, escribió “Porque el que ha entrado en el reposo, también ha reposado de sus obras como Dios de las suyas”....
En Mateo 11:28, Jesús dijo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”.
Jesús nos dio la instrucción de que vengamos a Él, pero ¿Cómo hemos de venir a Él? En Hebreos 11: 6 leemos: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”. Eso significa que cuando venimos a Dios tenemos que hacerlo creyendo. Cuando lo hacemos, tendremos gozo, y donde hay gozo, también disfrutamos.
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