Tomado de:Alfonso De Caro
Por María Lozano
«Señor Jesucristo, no permitas que la intensidad de esta vida y la rutina diaria, me hagan decaer en mi comunión contigo y lentamente llevarme a ese estado de sequedad espiritual. Yo sé que nunca me abandonas, aun en esos momentos estériles y sin fruto, porque me has dado el Espíritu de vida que mora en mi corazón, para que vuelva a levantarme, darme aliento y renueve mi unción para amarte y servirte con todo mi ser. Gracias Señor. Amén»2. Lee la palabra de Dios
“La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos. Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera. Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes. Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová”. Ezequiel 37:1-6..