Obtener la Ayuda de Dios

 Tomado de Alfonso De Caro

Por María Lozano

Recordaré las obras del Señor; sí, recordaré tus milagros de antaño. Meditaré en todas tus obras y consideraré todas tus poderosas hazañas. Salmo 77:11-12.
Las palabras clave en estos versículos son «yo haré». Indican que el salmista ha recuperado el control de sí mismo. Ya no es víctima de sus sentimientos, y ese es el punto. El dominio de su vida pasa de su corazón a su mente, y así lo dispuso Dios. Comprende que el punto de partida no es consigo mismo, como lo había estado haciendo, ni con sus circunstancias, sino con Dios. Y el orden correcto no es con la oración y luego la meditación, sino al revés: comenzar meditando en Dios, lo cual conduce a la petición basada en la comprensión de quién es Dios.
Esa es la salida, y pone de manifiesto los problemas que este hombre ha tenido antes. Comenzó su oración centrándose en sí mismo. Se nota en sus palabras. Este problema que lo ha llevado a Dios ocupa su mente. Su único pensamiento es: ¿Qué me está pasando? ¡Miren cómo lloro y nada cambia!
El resultado siempre es el mismo. Cuando el ego se sitúa en el centro, el corazón toma el control y la mente se rige por los sentimientos. Nos encontramos entonces limitados a lo que la Biblia llama pensamiento natural, o pensamiento en un plano estrecho y limitado, que no tiene en cuenta todos los hechos. Aquí vemos la imagen de un hombre que se deja llevar por sus sentimientos, permitiendo que lo conduzcan a una angustia y desesperación cada vez mayores. Intenta ser lógico, pero solo en este plano de pensamiento centrado en sí mismo. Por eso pierde completamente la perspectiva.
El corazón influye poderosamente en el pensamiento humano. Cuando el corazón, las emociones y los sentimientos nos dominan y controlan nuestro pensamiento, nos percatamos que somos incapaces de razonar con claridad. Pero cuando algo nos detiene, la razón y la voluntad pueden imponerse y tomar el control..¿Qué tiene de malo empezar por uno mismo? La respuesta es obvia. Los seres humanos somos limitados, así que cuando empiezas por la persona, tu pensamiento es necesariamente limitado. Pero cuando empiezas con Dios, empiezas con la verdad suprema que abarca todas las demás. Has ampliado tu visión para abarcar todos los aspectos de la verdad. Alguien ha descrito este tipo de pensamiento como pensamiento cúbico. La verdad no es un único nivel de pensamiento; es un cubo. Tiene caras, otros aspectos, que deben considerarse. Toda verdad está relacionada con otra verdad. Descubrirás que, al relacionar un hecho con otras verdades que lo rodean en cada cara del cubo, ves ese hecho bajo una luz diferente a cuando lo consideras de forma aislada.
¿Has empezado a aprender a manejar las tentaciones de duda que se te presentan; cómo empezar de forma sistemática, reflexiva y cuidadosa donde Dios quiere que empieces y avanzar desde esa base? ¿Has superado las limitaciones del pensamiento natural y has comenzado a pensar espiritualmente?
POR FAVOR ORA CONMIGO
Padre mío y Dios mío, enséñame a empezar no conmigo mismo y mi limitado entendimiento, sino contigo mi amado Señor. Tu siempre tienes la respuesta que me ayuda a comprender las eventos que rodean mi vida. En tu nombre Jesús. Amén.
Aplicación de vida
Nos desanimamos cuando nuestros pensamientos se centran en nosotros mismos y se estancan en los problemas de la vida. Descubriremos que la perspectiva cambia cuando Dios es el punto de partida de nuestra meditación.
Te bendigo en nombre de nuestro Señor Jesucristo. Un fuerte abrazo.

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