Por María Lozano
Cierta vez un hombre visitó a su consejero y le relató su
problema.
- "Soy un sastre. Con los años gané una excelente
reputación por mi experiencia y alta calidad de mi trabajo. Todos los nobles de
los alrededores me encargan sus trajes y los vestidos de sus esposas. Hace unos
meses, recibí el encargo más importante de mi vida.
El príncipe en persona escuchó de mí y me solicitó que le
cosiera un ropaje con la seda más fina que es posible conseguir en el país.
Puse los mejores materiales e hice mi mejor esfuerzo. Quería demostrar mi arte,
y que este trabajo me abriera las puertas a una vida de éxito y opulencia.
Pero cuando le presenté la prenda terminada, comenzó a gritar e
insultarme:
Me ordenó que me retirara y arrojó el traje tras de mí. ¡Estoy
arruinado!. Todo mi capital estaba invertido en esa vestimenta, y peor aún, mi reputación
ha sido totalmente destruida. ¡Nadie volverá a encargarme una prenda luego de
esto! ¡No entiendo qué sucedió, fue el mejor trabajo que hice en años!"
-"Vuelve a tu negocio", dijo el sabio, "descose
cada una de las puntadas de la prenda y cóselas exactamente como lo habías
hecho antes. Luego llévala al príncipe."
- "¡Pero obtendré el mismo atuendo que tengo ahora!",
protestó el sastre.
"Además mi estado de ánimo no es el de siempre".
- "Haz lo que te indico, y Dios te ayudará", dijo el
hombre.
Dos semanas después, el sastre retornó.
- "¡Usted ha salvado mi vida! Cuando le presenté nuevamente
el ropaje, el rostro del noble se iluminó: ¡Hermoso!, exclamó. ¡Este es el más
hermoso y delicado traje que haya visto!
Me pagó generosamente y prometió entregarme más trabajo y
recomendarme a sus amigos.
Pero, deseo saber ¿cuál era la diferencia entre la primer prenda
y la segunda?"
- "El primer traje", explicó, "fue cosido con
arrogancia y orgullo".
"El resultado fue una vestimenta espiritualmente repulsiva
que, aunque técnicamente perfecta, carecía de gracia y belleza. Sin embargo, la
segunda costura fue hecha con humildad y el corazón quebrado, transmitiendo una
belleza esencial que provocaba admiración en cada uno que la veía".
¿Y tú cómo haces tu trabajo profesional, familiar,
personal, etc.. con arrogancia y orgullo, o con humildad en el corazón?
1ª Pedro 5:5 "y todos sumisos unos á otros, revestíos de
humildad; porque Dios resiste á los soberbios, y da gracia á los
humildes."
Col.3:23-24 "Y todo lo que hagais, hacedlo de
corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor
recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.
No hay comentarios:
Publicar un comentario