Tomado de: Reflexiones cristianas
Por María Lozano
Una reportera fué invitada una vez por un
renombrado cirujano a contemplar una difícil operación que iba a realizar.
Mientras el cirujano llevaba a cabo los preparativos necesarios para la
operación, parecía confiado, pero un poco nervioso.
Luego, emprendiendo el camino hacia el quirófano, se detuvo un momento e
inclinó la cabeza (mientras hacía una breve oración en su interior).
Más tarde durante la operación, sus manos se veían sin nervios ... se veían
tranquilas ...
La reportera expresó su sorpresa de que un cirujano elevara una oración antes
de la cirujía y dijo: Yo creía que un cirujano confiaba en su propia capacidad.
¡¡ Un cirujano es solamente un hombre !!, fué la contestación del médico.
No puede hacer milagros por sí mismo. Estoy seguro que la ciencia no podía
haber avanzado tanto, si no fuera por algo más fuerte que el solo hombre.
Y después terminó el cirujano diciendo:
Me siento tan cerca de Dios cuando estoy operando, que no sé dónde cesa mi
habilidad y comienza la suya.
1 Crónicas 5
20
Y Dios les ayudó contra ellos, y los agarenos y todos los que estaban con ellos
fueron entregados en sus manos; porque clamaron a Dios en la batalla, y El fue
propicio a ellos porque confiaron en El.
salmo 71
16 Dios mío,
ahora voy a recordar
tus hechos poderosos,
y hablaré de la justicia
que sólo tú puedes hacer.
17 Desde que yo era joven
tú has sido mi maestro,
y hasta ahora sigo hablando
de las maravillas que has hecho.
Provervios 3:6
Reconócele en todos tus caminos, y El enderezará tus sendas
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