Por María Lozano
Te escribo para saludarte y porque ahora sí tengo que surtirme, pues la "canasta básica" con que me mandaste al mundo se me ha ido agotando a lo largo de estos años.
Por ejemplo, la paciencia se me acabó... por completo, igual que la prudencia y la tolerancia. Ya me quedan poquitas esperanzas y el frasquito de fe, está también vacío. La imaginación también está escaseando por estos rumbos.
También debes saber que hay cosas de la canasta que ya no necesito como la dependencia y esa facilidad para hacer berrinches, que tantos enojos y problemas me han ocasionado. Así que quisiera pedirte nuevos productos para la canasta.
Para empezar me gustaría que rellenaras los frascos de paciencia y tolerancia (pero hasta el tope), y mándame por favor el curso intensivo "Cómo ser más prudente", volúmenes 1, 2 y 3.
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