Por María Lozano
La pareja fue arribando
con paso aterciopelado
mientras que el Sol se alejaba
observando de soslayo.
El parque sin un testigo
y un atardecer soñado,
abrió el paso para el joven
que se lanzaba inspirado.
Él le declaró su amor,
ella aceptó sin reparos...
cuando el Lucero salió
y ...los descubrió abrazados.
No tardó en salir la Luna
con su función de alumbrarlos
con lluvia de estrellas blancas
para así encandilarlos.
Y para que el Sol no sepa
lo que estaba allí pasando
con los brazos de dos árboles
escondió aquel milagro.
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