Tomado de: Rafael Llamas Jiménez
Por María Lozano
Hoy vengo a darte el recadoque mi abuelo me encargó:
- el día que yo me muera
ve, chiquillo, y díselo -
Ya sabes dónde encontrarlo,
no hace falta que te diga,
dale las gracias por todo
¡Dile que Dios lo bendiga!
Aunque con dolor de huesos,
dile que me voy orgulloso
de haber tenido un amigo
tan noble y tan generoso..Que siempre había en la mesa
un plato para comer,
que gracias por las cosechas
que me dio para recoger.
Que yo te marqué el camino,
lo duro que es trabajar
y que, siendo solo un niño,
ya te enseñé a varear.
Entre el ramón y la escarcha
allí pretendí a tu abuela,
el maestro fue el manijero
y el olivar nuestra escuela.
Que, tirando de aquel fardo,
arrastrando la aceituna,
con uno de mis jornales
yo te regalé la cuna.
Que me ha llegado la hora
pero que me siento altivo
y que también en el cielo
quiero plantar un olivo.
Cuando empiece la campaña
si le faltan jornaleros,
dile que aquí, en la gloria,
tiene una cuadrilla grande
de buenos aceituneros.
Autor: Rafael Llamas Jiménez
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