Tomado de: Alfonso De Caro
Por María Lozano
Después de mucho tiempo, el amo de aquellos siervos regresó y arregló cuentas con ellos. El hombre que había recibido cinco bolsas de oro trajo las otras cinco. Amo, dijo, me confiaste cinco bolsas de oro. Mira, he ganado cinco más. Su amo respondió: «¡Bien hecho, siervo bueno y fiel! Has sido fiel en lo poco; te pondré a cargo de mucho. ¡Ven y comparte la felicidad de tu amo!». Mateo 25:19-21.Este primer hombre ha obtenido un 100% de las oportunidades, los talentos, que se le dieron. En términos de la aplicación de esto a nuestras propias vidas, significa que aquí hay un hombre que aprovechó al máximo sus oportunidades para arriesgarse por amor al Señor. En otras palabras, puso primero el reino de Dios y su justicia. Se arriesgó. Se arriesgó a no tener nunca la prominencia, la influencia ni el poder que podría haber tenido, pero en cambio invirtió deliberadamente su vida para darle a Dios lo que quería: sanar a los quebrantados de corazón, sanar a los enfermos, liberar a los que estaban atados. Como resultado, ganó cinco talentos más.
¿Cuáles son estos talentos? Bueno, si los primeros son oportunidades para usar los dones naturales por amor a Cristo, entonces la segunda categoría de talentos también debe ser oportunidades, pero oportunidades de un nivel superior, no físico ni natural, sino espiritual. Estas son oportunidades para usar los dones espirituales que se les han dado a los hombres y mujeres redimidos, otorgados a cada cristiano. Es el uso de estos dones lo que transforma sus vidas en impacto y poder en nombre de Jesucristo..
¿Cuál es el mensaje final de esto para nosotros? No se trata solo que debemos ser honestos al aprovechar esta gran oportunidad que se presenta a cualquiera que escucha el evangelio: invertir nuestra vida, arriesgarla por amor a Cristo. Él también nos dice: a quienes tienen cinco o dos talentos, ¡arriesguenlos! ¡Vivan arriesgadamente! ¡Arriésguense! Pongan sus oportunidades a trabajar por mí. Nos enfrentamos a tiempos que exigen este tipo de vida. Todo el tejido social se está deteriorando ante nuestros ojos. Esto significa que la iglesia, la sal de una comunidad, no está actuando como sal. Intenta retirarse de la vida. Se contenta con tener un camino al cielo y deja que el resto del mundo se vaya al infierno. Como resultado, la vida comienza a desmoronarse por todas partes. Hemos llegado a un momento en que la necesidad de arriesgar, como nuestro Señor establece aquí, está claramente ante todos nosotros. ¿Qué haces con tus oportunidades?
POR FAVOR ORA CONMIGO
Llénanos de Tí Señor, para cumplir con esta gran causa que exige nuestro tiempo, esfuerzo, y todo el empuje y la energía de nuestras vidas. Que lo hagamos entendiendo que no es nuestro compromiso lo que marca la diferencia, sino tu poder obrando a través de nosotros. En tu amor Jesús. Amén.
Aplicación a la vida
Te bendigo en nombre de nuestro Señor Jesucristo. Un fuerte abrazo.
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