LOS SECUESTRADORES


Tomado de La Buena Semilla
por María Lozano

Fui hurtado de la tierra de los hebreos; y tampoco he hecho aquí por qué me pusiesen en la cárcel.
(Génesis 40:15)
Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.

Esta palabra sacada de la Biblia ( 1 Timoteo 1:10) nos recuerda la esclavitud, tan corriente en el mundo en épocas pasadas. También nos recuerda a los rehenes, al rapto de niños… de los cuales hoy en día se hacen eco los medios de comunicación.
Pero este vocablo también se aplica a las presiones psicológicas y a las obras de las sectas que privan a sus víctimas de su libertad para pensar, encerrándolas en ideologías y prácticas alienantes. En nuestro siglo, que está en busca de espiritualidad, muchas personas se dejan atrapar y obedecen ciegamente a sus líderes.
La Biblia, la Palabra de Dios, afirma que los secuestradores están en oposición completa al Evangelio. Cuando Jesús estuvo en la tierra nunca ejerció ninguna especie de presión psicológica sobre aquellos a quienes encontraba a su paso. Vino para liberar, no para esclavizar. Por naturaleza somos esclavos de Satanás, de nuestras pasiones, de nuestro orgullo y de nuestro egoísmo; pero gracias a su muerte en la cruz Jesucristo libera a todo el que acude a él.
Si usted todavía está cautivo, vaya a él. Jesús le ofrece la salvación y la liberación, pero no obliga a nadie a seguirlo; no exige nada. Sin embargo, aquellos que lo conocen se gozan en seguirlo, porque lo aman.
¡Que podamos buscar al señor!

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