Por María Lozano
Otros fueron atormentados…Otros
Experimentaron vituperios y azotes,
y a más de esto prisiones y cárceles.
Hebreos 11:35-36
Por lo cual Dios no se averguenza de
llamarse Dios de ellos.
Hebreos 11:16
La rusa Tatiana Goritschewa, que fue expulsada de la antigua
Unión Soviética, en uno de sus libros escribe sobre una entrevista que tuvo con
un creyente que a menudo había estado encarcelado debido a su fe. Cierto día,
un policía secreto preguntó a ese valiente testigo: -¿Con qué derecho habla de
Dios, sin tener ninguna autorización oficial?
¡Muéstreme un comprobante! Entonces el cristiano abrió el
evangelio de Mateo y leyó: “De la abundancia del corazón habla la boca” (12:34).
Y añadió: -Esto justifica el hecho de que dé testimonio.
Amigos cristianos, en muchos países no tenemos que pasar por
la persecución física ni el encarcelamiento por ser cristianos. Pero podemos
encontrarnos con la burla, el desprecio y a veces el rechazo. ¡Que esto no nos
desanime ni nos quite el deseo de hablar de nuestra esperanza! Estemos siempre
preparados para responder con “mansedumbre y reverencia” (l Pedro 3:15) a
quienes nos pregunten sobre nuestra fe. Esta dulzura está ligada a la humildad
y al respeto que debemos a nuestro interlocutor; la reverencia, es decir, el
temor, se requiere para con Dios, quien nos conduce a hablar de él de forma
conveniente.
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