Tomado de: Alfonso De Caro
Por María lozano
La semilla que cae entre las espinas se refiere a alguien que oye la palabra, pero las preocupaciones de esta vida y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, haciéndola infructuosa. Mateo 13:22.
He aquí el típico comportamiento de la mayoría de los habitantes de la tierra. ¿Cuál es el problema? Simplemente, el exceso de ocupaciones. No es que no les interese; les interesa el evangelio. No es que sean superficiales; no lo son. Son muy capaces de pensar profundamente, de analizar cuestiones y de meditar extensamente. Lo hacen tanto en los negocios como en su vida social. El problema es que lo quieren todo. Quieren la plenitud de vida que proviene del evangelio, pero con ella también quieren todo lo demás. Quieren las llamadas cosas buenas de la vida. Lo describimos como alguien que intenta seguir el ritmo de los demás. (Eso significa comprar cosas que no necesitan con dinero que no tienen para impresionar a gente que ni siquiera les caen bien). Quieren el último modelo de televisor, una piscina, una casa lujosa, dos carros elegantes y una vida social muy activa. El resultado es que no tienen tiempo para pensar en la Palabra de Dios, ni tiempo para recibirla y meditarla. Están demasiado absortos en las preocupaciones de este mundo y en la búsqueda de bienes materiales.
Permíteme contarte la historia de un amigo, que decía lo siguiente:“Cuando mis hijas eran pequeñas, a una de ellas le encantaba ir conmigo en carro. La invitaba, pero siempre quería llevarse a todos sus amigos. No me refiero a los niños del vecindario. Sus amigos eran su osito de peluche, su conejo de peluche, sus muñecas y otros juguetes. Cuando le pedía que me acompañara, corría a buscar al osito, al conejo, a las tres muñecas y a varios juguetes más, y volvía corriendo con los brazos llenos intentando subirse al vehículo. Pero no cabían todos, así que tenía que elegir entre yo y sus amigos. Supongo que casi siempre ganaba yo, pero ella estaba demasiado empeñada en llevarlos a todos.”.Esto es lo que sucede con la gente hoy en día. Lo quieren todo. Quieren todo lo que el mundo puede ofrecer y todo lo que Dios puede ofrecer. Pero lo extraordinario de la Palabra es que Dios jamás se conformará con esas condiciones. Él siempre dice: «Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas» (Mateo 6:33). ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si pierde su alma? (Mateo 16:26)
POR FAVOR ORA CONMIGO
Gracias Padre mío y Dios mío, por la promesa que me diste. No hay nada más valioso que Tú. Apártame de las muchas cosas buenas que me impiden disfrutar de lo mejor. Ayúdanos amado Jesús. Amén.
Aplicación práctica
¿Hasta qué punto podría decirse de mí: "Él quiere todo lo que el mundo puede ofrecer y todo lo que Dios puede ofrecer. Lo quiere todo"?Te bendigo en nombre de nuestro Señor Jesucristo. Un fuerte abrazo.
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